Reto Misionero

Otros Logros y Adversidades

Cuando Livingstone regresó a Inglaterra, lo recibieron como un héroe nacional; en razón de sus descubrimientos geográficos, sus informes de botánica, geología y zoología. Ante este recibimiento, este misionero no se mostró orgulloso sino que al contrario, se mantuvo humilde.

 

Posteriormente, Livingstone regresó a África como Cónsul británico y líder de la expedición de Zambezi; ésta fracasó porque no se pudo cruzar el río a través de los barcos de vapor. Por tal razón, este siervo de Dios volvió al Río Shire para conocer sus límites. Lamentablemente, poco tiempo después, el gobierno británico le suspendió esta expedición y en ese mismo año de 1863, su esposa Mary Moffat falleció.  Por tanto, él se vió obligado a realizar su segunda visita a Gran Bretaña, en donde su presencia pasó desapercibida para muchos.

 

En 1866, Livingstone realizó su último viaje a África Central como Cónsul; pero sin contar con un sueldo. Sin embargo, sus amigos y creyentes ingleses le enviaron dinero para que continuara la obra.

 

 

Su Muerte

David Livingstone pasó los últimos años de su vida, explorando territorios y descubriendo lagos, hasta que murió el 1 de mayo de 1873, en un pequeño poblado del lago Bangweulu, en Zambia, debido a la malaria y a una hemorragia interna producida por la disentería. Algunas personas que lo conocieron dicen que el misionero antes de morir, se arrodilló y tomó sus últimas respiraciones para orar.

 

En 1874, Henry Stanley fue enviado por el Diario New York Herald, a realizar su segunda expedición a África y se dio cuenta que un año antes David Livingstone había fallecido, y que su corazón había sido enterrado debajo de un árbol en Chitambo, porque los africanos decían que su corazón estaba en áfrica. En cuanto al cuerpo del misionero, había sido embalsamado y enterrado en la Abadía de Westminster, Inglaterra.  

 

Sin duda alguna, David Livingstone amó a los africanos con todo su corazón.